martes, 21 de mayo de 2013




Testigo y mártir

  
El árbol es guardián de la memoria, es mártir y es testigo.
Árbol testigo: de su carne fibrosa sale el papel para dejar constancia en documentos, libros y archivos.
El árbol también guarda otras memorias, cantos y trinos, de los seres alados que entre sus hojas hallan cobijo.
Otras plantas e insectos, también mamíferos, trepan por su tronco y entre sus ramas se sienten protegidos, como el Barón Rampante que narró Ítalo Calvino.
El árbol es nido de ideas y pensamientos, inspiración de músicos y de poetas.
El árbol es materia de objetos y de esculturas, madera en muebles y estanterías donde se alberga junto a sí mismo.
El árbol mártir que nos calienta, sufre en la hoguera una metamorfosis de su energía; después del fuego deja cenizas que vuelven a ser tierra para alimento de sus raíces.
El árbol es eje de la tierra que surca el aire y llega hasta el cielo. La savia nutre el ascenso y el árbol bebe las nubes, respira el viento.
Árbol: ramas y tronco, copa y raíces; puntal de hojas, flores y frutos.
Árbol: sombra de siestas y de reuniones, de amores tiernos y soledades.

Xabier F. Coronado


Exposición “El árbol guardián de la memoria”

Pintura, grabados, escultura, libros antiguos y objetos de madera




Al lado de las aguas está, como leyenda,
en su jardín murado y silencioso,
el árbol bello dos veces centenario,
las poderosas ramas extendidas,
cerco de tanta hierba, entrelazando hojas,
dosel donde una sombra edénica subsiste.

Luis Cernuda

La idea de hacer un homenaje a los árboles surge al pensar en la importancia que tienen estos antiguos habitantes del planeta para nuestra existencia. Cuando el hombre primitivo dominó el fuego, fue gracias a la intervención de los árboles que lo captaron del cielo y se lo entregaron prendido en sus ramas; desde entonces, la relación hombre/árbol va unida a la historia de la humanidad. El árbol está presente de manera constante en nuestras vidas, es un compañero de viaje. Desde la cuna nos acoge y luego nos rodea en forma de sillas, mesas, anaqueles, puertas y ventanas. El cuerpo de la cama que en su seno cada noche nos recibe, tiene brazos de madera como ramas extendidas para brindarnos el descanso necesario. En el momento definitivo, cuando llega la muerte, un féretro de cálida madera es nuestra última morada.
La exposición “El Árbol Guardián de la Memoria” está organizada por Xabier F. Coronado y presenta óleos de Humberto Carrasco y José Agrós; grabados de Jan Hendrix y Leticia Feduchi; pinturas de Miguel Ángel Morales, esculturas en madera y textos de Xabier F. Coronado, libros antiguos, amates y una colección de objetos de madera.

Se inauguró el pasado jueves a las 13 horas en la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, en República de El Salvador 49 y permanecerá abierta de lunes a viernes de 9 a 17:30 horas hasta el 12 de julio.
Entrada libre.



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