jueves, 26 de enero de 2012

Paréntesis Temporal

 
Xabier F. Coronado
 
En Bogotá no están sincronizados los relojes
algunos se encuentran parados todo el día marcando un tiempo perenne
otros caminan entre horas y minutos con un segundo tan arrítmico
como el corazón de un cardiaco
hay esquinas por las que uno siempre pasa a la misma hora
cuando se doblan
siguen faltando unos minutos para que den las tres
y esa carencia de coordinación horaria
contagió mi plan de vida desde que llegué a la ciudad
se me cayeron todas las rutinas
se desajustaron todas las previsiones
y llevo varios días
-¿o será siempre el mismo?-
perdido en una certidumbre atemporal
comiendo, paseando o durmiendo
a cualquier hora del día o de la noche
lo que me pasa no estaba programado
y lo previsto siempre llega tarde
o temprano
sin ninguna relación con los eventos con los que tenía que venir coordinado
así amanece y me encuentro subiendo uno de los cerros del oriente de la ciudad
almuerzo en cualquier tienda anacrónica una arepa a la brasa
me bebo un café tinto en la esquina del reloj de las tres menos algo
y no sé lo que va a ser de mí
si marcho o me quedo
si regreso o no voy
en un  ínterin de cambios solsticiales
de año
de casa
de pareja
de estudios
de argumentos
de país
de trabajo
un impasse que dura la eternidad del instante
esa eternidad donde se perpetúan los momentos
esos momentos no sincronizados temporalmente
cuando la ciudad duerme y se despierta
se acuesta y se levanta
me muevo a ese mismo ritmo sincopado
como en un reggae clásico camino oliendo el humo del smog que asciende desde el asfalto
mezclado con el perfume verde de la hierba
en dónde se cayeron las certezas
en qué calle perdí el control del tiempo y la ubicación en el espacio
cuándo me mimeticé con esta urbe anárquica que se ordena a sí misma
no sé si lograré salir de esta niebla que me envuelve en un sopor de limbo
de esta espera
de este tedioso acto de incertidumbre
siempre es medianoche o mediodía en el reloj de mi cuarto
y no tengo otro remedio que vivir este momento de enlace
cuando se abre la grieta que confirma la sospechosa irrealidad de lo real
al traernos sensaciones de mundos diferentes
me paso las horas en esa frontera que marca una raya magnética
donde no existe más que el silencio equilibrado de lo neutro
deambulo por una habitación extraña al borde de un abismo autista
trazando con mis pasos el mapa de la fuga
porque estoy atrapado en ese espacio tiempo discordante
que se produce cuando al tomar una decisión algo se descarta para siempre.
 
 
 
 
 
 

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