martes, 23 de abril de 2019

Rafael Sánchez Ferlosio



Publicado en La Jornada Semanal, 21 de abril de 2019


Rafael Sánchez Ferlosio: adiós al último clásico


Xabier F. Coronado






 El patriotismo es el delirium tremens de los que se emborrachan con ese infecto aguardiente de alcohol de quemar que es la «conciencia histórica»
Rafael Sánchez Ferlosio, “14 pecios”

Murió Rafael Sánchez Ferlosio, el último clásico de la literatura española. Nos dejó a los 91 años, después de impugnar la vida por encontrar y expresar ideas que eludieran el sumidero intelectual que se fue formando a finales de siglo y comienzos de milenio. Un clásico de vanguardia, tan crítico como lúcido, tan profundo como austero.
A Rafael Sánchez Ferlosio le tocó nacer en Roma, su padre era diplomático español y uno de los fundadores de la Falange, organización política que dentro de la península ibérica se erigió en pilar de la ideología fascista que envolvió Europa durante dos décadas de violencia y muerte. Rafael creció en un medio hostil al genoma de ente libre con pensamiento crítico que tenía por naturaleza. En 1951, a los veintitrés años, escribió Industrias y andanzas de Alfanhuí, novela inclasificable de visos surrealistas que deslumbró el grisáceo entorno literario de la posguerra española. Cuatro años después le llegaría la fama y el reconocimiento literario al ganar el premio Planeta con El Jarama, texto representativo de narrativa social, una novela imprescindible de la literatura de aquella época.
Quienes nos criamos en el periodo llamado ‘tardofranquismo’ —cuando la dictadura cumplía ‘veinticinco años de paz’ y lo celebraba con un referéndum manoseado y vindicativo—; si al llegar a la prepa teníamos la suerte de contar con un profesor de literatura no del todo alineado con el régimen, disfrutábamos la oportunidad de leer, dentro del temario de literatura española contemporánea, una serie de libros que por diferentes motivos habían sorteado el aparato de censura y represión franquista, un engranaje represor que funcionaba de oficio ante toda manifestación de inteligencia y libre creatividad. Cuando se daban esas circunstancias podíamos acceder con relativa facilidad a obras de Miguel Delibes, Camilo José Cela, Rafael Sánchez Ferlosio y Buero Vallejo. En algunos Papeles de sons armadans leíamos otros autores como Max Aub, Blas de Otero o Jaime Gil de Biedma.
Sánchez Ferlosio hizo una fisura intelectual en el muro ideológico y manipulador que el régimen había levantado alrededor nuestro; por ella entró aire nuevo en las opresivas atmósferas educativas sustentadas por los principios del ‘Espíritu Nacional’. Después, muerto el tirano y abiertas las puertas del bunker patrio a otras atmosferas planetarias, Rafael Sánchez Ferlosio siguió dando que hablar con pecios y ensayos literarios que al leerlos nos hacen pensar que las cosas pueden ser enfocadas desde perspectivas diferentes para demostrar que la mayoría de las veces los sucesos, presentes o históricos, no son lo que aparentan ser, en lo profundo se diluyen.
Tuvieron que pasar más de treinta años hasta ver publicada otra novela de Sánchez Ferlosio, El testimonio de Yarfoz (1986) y tres volúmenes de ensayos: Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado, Campo de Marte; La homilía del ratón; fechados en ese mismo año. En ellos nos reencontramos con un escritor maduro en pensamiento y estilo, de esclarecedora retórica gramaticalmente impecable. Son interesantes los libros de relatos que aparecieron a lo largo de su vida, entre ellos El geco, cuentos y fragmentos (2005)
Las opiniones de Sánchez Ferlosio están expresadas con lucidez y desafío, sus reflexiones huyen de lo políticamente correcto, de los lugares comunes, manejando con maestría una prosa de alta densidad lingüística. Su obra crítica es abundante: ensayos, opiniones y artículos periodísticos en los que acuña y transmite ideas captadas en apuntes breves que él mismo llamó ‘pecios’, especie de largo aforismo razonado que se convirtió en su recurso literario preferido: “La normalidad es un refugio ficticio de la mentalidad burguesa”; “ya no se producen solamente los productos, sino también, al mismo tiempo, los consumidores”; “la libertad no existe somos sólo un cruce de muchas influencias”; “la patria me carga, es el más venenoso de los conceptos”. Una selección de pecios y fragmentos de Sánchez Ferlosio fueron reunidos en el volumen Campo de retamas (2015).
Como homenaje póstumo podemos invitar al maestro ausente al debate suscitado en nuestro país con relación a la conquista de América —un hecho histórico sobre el que Sánchez Ferlosio reflexionó en numerosos textos— y transcribir unos párrafos extraídos de sus ensayos y artículos que pueden poner algo de sutil claridad en este controvertido asunto:
«… ‘España negra’ fue, por ejemplo, la del Golfo de Urabá, la de Castilla del Oro, con sus Pedrarias Dávila, sus Núñez de Balboa, Pizarro, Juan de Ayora, Gaspar de Morales, Hernando de Soto y otra mucha alimaña de la misma mortífera camada.» “¿Tú de qué lado estás?” (El País 7/12/1996)
«…una fórmula de injuria que pertenece a una de las más nobles y acrisoladas tradiciones castellanas: ‘perro judío’, ‘perro moro’ y hasta ‘perro yndio’, ladrido dedicado, en este último caso, a unas gentes que ellos mismos se complacían en aperrear, o sea en hacer destrozar literalmente entre las fauces de sus alanos y lebreles.» “Txakurras” (El País, 1/7/1998)
«Don Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva España, que después de su victoria en la Guerra de Mixtón mandó matar sur le champ a una parte de los indios capturados, ya sea aperreándolos, ya traspasándolos por grupos colocados en hilera con una bala de cañón. Él mismo alegaría después en su descargo que “el aperrear algunos yndios de los más culpados y ponellos a tiro convino hazerse para escarmiento y más temor de los yndios [...pues] la muerte en la horca ellos mismos se la daban de su propia voluntad”» “A propósito de Fujimori” (El País, 10/5/1997)

«No cabe duda de que, acostumbrados como estamos a unas instituciones de justicia que, contra la clamorosa evidencia estadística del condicionamiento sociológico de las conductas delictivas, inculpan y condenan como si el libre albedrío no fuese uno de los recursos más escasos entre los humanos; acostumbrados, digo, a este infantil reparto de papeles, bueno y malo, comprendo que a muchos pueda resultar tan arduo como turbador cualquier punto de vista que disminuya en algún grado la responsabilidad de los autores de tan tremendos e incontables crímenes como los que constituyen la trama dominante en la conquista y colonización de América, pero en esto consiste justamente el mayor espanto de la historia universal.» “Esas Yndias equivocadas y malditas” (El País 3/7/1988)









Enlace con el texto en La Jornada Semanal:

http://semanal.jornada.com.mx/2019/04/21/rafael-sanchez-ferlosio-adios-al-ultimo-clasico-5668.html 






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