jueves, 22 de septiembre de 2016

Fuentes del guión de la película Epitafio





Publicado en La Jornada Semanal, domingo 28 de agosto 2016




               
Fotogramas de Epítafio de Yulene Olaizola y Rubén Imaz




El rigor cinematográfico y Epitafio:

fuentes históricas para un guión


Por Xabier F. Coronado



Hace pocas semanas se estrenó Epitafio, película codirigida por Yulene Olaizola y Rubén Imaz, donde además de actuar he tenido la oportunidad de colaborar en el guión aportando investigación documental sobre la vida del personaje que caracterizo: Diego de Ordaz.

Epitafio rescata un evento poco conocido de la historia de México que fue determinante para la caída del imperio azteca: la subida de los conquistadores españoles al volcán Popocatépetl en 1519. Por otra parte, la película reivindica la figura de su personaje central, el capitán Diego de Ordaz (1480-1532), olvidado a pesar del indudable protagonismo que tuvo en varios episodios del llamado descubrimiento de América; entre otros, participar en la expedición que llegó hasta el corazón de Tenochtitlan. Ordaz fue el primer europeo que cruzó el paso entre los volcanes, hoy conocido como Paso de Cortés, contempló desde la distancia la ciudad gobernada por Moctezuma y escaló el volcán Popocatépetl, de más de 5 mil metros de altura.

Las películas históricas deben sustentar su guión en documentos y relatos de la época pero, al tratarse de cine de ficción, a veces difieren de las fuentes documentales existentes. En este caso, tanto los hechos narrados como el personaje mantienen estrecha relación con la base documental. El guión de Epitafio es resultado de un trabajo de investigación profundo: argumento y diálogos están extraídos de los libros y documentos analizados durante el proceso de búsqueda de información.




La idea de realizar la película surge a raíz de la lectura de La verdadera historia de la conquista de la Nueva España (1568), escrita por Bernal Díaz del Castillo, relator omnisciente de este capítulo del genocidio. En el libro, los hechos que desarrolla el guión ocupan apenas dos párrafos de un texto de casi mil páginas: “Y todavía Diego de Ordaz con sus dos compañeros fue su camino hasta llegar arriba y los indios que iban en su compañía se le quedaron en lo bajo…” (Cap. XXXVIII). Posteriormente, los realizadores consultaron las Cartas de relación que Hernán Cortés envió al emperador Carlos I para justificar sus actividades en el “nuevo mundo”. La segunda carta, fechada el 30 de octubre de 1520, refiere la gesta de Ordaz, sin nombrarlo, como una anécdota al margen de lo que profusamente relata.

Fruto de una investigación posterior, llevada a cabo una vez escrito el primitivo guión y definidos tanto personajes como actores, aparecieron otros textos que resultaron de suma importancia para concretar la dimensión del personaje principal de la película y los hechos relatados. Entre ellos fue fundamental El habla de Diego de Ordaz (UNAM: 1985), de Juan M. Lope Blanch, excelente estudio lingüístico que transcribe nueve cartas manuscritas de Ordaz. Tanto el trabajo como las cartas aportaron datos sobre el personaje y su manera de escribir, así como hechos fidedignos y anécdotas que enriquecieron y precisaron el guión, sobre todo en su pretensión de que los diálogos reflejaran la manera de expresarse en la época en la que se desarrollan los acontecimientos que la película escenifica.

Otro libro, Vida del Comendador Diego de Ordaz, descubridor del Orinoco, escrito por Casiano García (1952), fue esencial para conocer la biografía completa del personaje y su desempeño histórico tanto en México como en otras regiones durante la ocupación de América. El libro Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, de Antonio de Herrera (1601), publica una grabado con la ascensión de Ordaz al volcán; y en la Historia General de España y América (Tomo VII Rialp: 1982), se dice que Cortés puso a Diego de Ordaz al mando de una expedición que iba a explorar el río Coatzacoalcos y la comarca de Oaxaca. Además, dedica un capítulo a su última aventura en el río Marañón (Orinoco). Por otra parte, el poeta Juan de Castellanos versifica las hazañas de Diego de Ordaz en la Nueva España y Venezuela en una de sus Elegías de varones ilustres de Indias (1947).

Finalmente, existe un texto inherente a la conquista de América denominado “Requerimiento”. Este escrito legal surgió ante la necesidad, por parte de la corona española, de dar respuesta al llamado “Sermón de Antonio de Montesinos” (1511), clérigo dominico residente en La Española, que cuestionaba la justicia de la invasión. Algunos teólogos y letrados pensaron que despojar a los indígenas de sus tierras, sin aviso previo ni derecho legal, ponía en cuestión la honorabilidad de los reyes de España. La solución a esta controversia fue el referido Requerimiento, un escrito redactado en 1513 por el jurista y consejero real Juan López de Palacios Rubios, que significaba la anuencia jurídica a la “guerra justa” contra los pobladores de América.


El texto, que debía ser leído antes de entrar en combate, daba oportunidad a los nativos de someterse pacíficamente a la autoridad del rey y evitar enfrentamientos, manifestando explícitamente que si no aceptaban serían culpables de las muertes y daños que se produjesen durante la contienda. Los conquistadores estaban obligados a llevar el documento y cumplir con esa exigencia legal al comienzo de cualquier empresa de conquista: lo leían primero en castellano o en latín y después, mediante intérprete, era comunicado a los nativos que, la mayoría de las veces, observaban sin entender el alcance real del discurso previo al ataque de los invasores. Al finalizar la lectura del Requerimiento, un escribano levantaba acta para certificar que los indígenas habían sido advertidos.

Sobre el Requerimiento dijo fray Bartolomé de las Casas: “Es una burla de la verdad y de la justicia y un gran insulto a nuestra fe cristiana y a la piedad y caridad de Jesucristo, y no tiene ninguna legalidad.”

Un resumen del Requerimiento es el monólogo que mi personaje, el capitán Diego de Ordaz, declama en medio del humo del volcán al final de la cinta. Ese formalismo fue rasgo particular del espíritu español de la época, de forzoso cumplimiento ante cualquier hecho de trascendencia aunque ocurriera, como es el caso, en la soledad absoluta de la cima de una montaña.


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Epitafio es una película histórica de ficción que cuenta con una serie de características esenciales: entre ellas, un rodaje en alta montaña con tomas directas realizadas a 4 mil metros en el Popocatépetl y a más de 5 mil en el Pico de Orizaba (Citlaltépetl), pero de manera destacada un guión que mantiene el rigor histórico de los hechos que lleva a la pantalla.


http://semanal.jornada.com.mx/2016/08/26/el-rigor-cinematografico-y-epitafio-fuentes-historicas-para-un-guion-4127.html 




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